Hace unos días mi padre y yo decidimos de ir a echar un ratito de pesca como hacíamos antiguamente.
Llegamos ya bien entrada la madrugada y hacía un frío que pelaba.
Las olas rompían bastante fuerte y era casi imposible pescar con un bajo de linea inferior al 0, 70 mm. Para colmo le puse un anzuelo del 5.0 del sasame a todas mis cañas.
Mi padre me decía: - ¡¡ niño !! ¿¡ donde vas con ese anzuelo tan grande?! ni que fueras a coger un tiburón ?! jajaja.
Él se metía conmigo porque le parecía exagerado.
A la hora de estar allí vi un titubeo en mi caña, pensando que eran las olas pasé un poco de ella. Pero vi que se destensaba y al echarle mano noté un leve cabezazo que se convertiría en el primero de la noche.
Si ya venia motivado, imaginarse como estaría solo al llevar una hora pescando y sacar la primera pieza.
Pues ya se me quitó hasta el frío y hay estaba el tío sin parar y mi padre nada más diciendo: estás sembrao hijo!!
Ya amaneciendo tuvo que ser mi padre el que me avisara de que le estaban dando a mi caña del medio y hay estaba el segundo.
Yo ya estaba contento, así que lo que quería era que le entrase a mi padre, pero fíjate la cosa que lance la caña y al girarme para poner la caña en el cañero vi a mi daiwa híbrida pegar un latigazo que no veas. Salí corriendo la cogí y la clavé. Me estaba sacando bastante hilo, cosa que las otras no sacaron casi nada. Pensé que sería una corvina o algo diferente, pero que va!!!! otro RÓBALO y este sería el más grande de los tres.
Una noche de pesca perfecta para mí, más no se puede pedir. Con él frío que pasamos y luego la caló que hacía ....
Disfrute como un niño chico y aun más al ver que el maestro ( mi padre ) daba la razón al aprendiz. Eso si es venir a pescar!!! me dijo. oleeee tus huevos!!!
